Sonia Hernández-Montaño Bou, arquitecta especialista en bioconstrucción y espacios saludables. Es arquitecta consultora de Arquitectura Saludable, coordinadora del grupo Arquitectura y Salud del Colegio de Arquitectos de Cataluña y fundadora de Arquitectura Sana, asesoría en bioconstrucción y salud. Participará en FIRHÀBITAT con una ponencia en la que hablará sobre la herramienta web «Espacios interiores saludables» del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC).
1. Cómo se trabaja desde el COAC en la bioconstrucción?
La salud es una de las herramientas estratégicas del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) a día de hoy, ya desde antes de la pandemia. Además, este interés también surge desde la administración pública, porque el Departamento de Salud inició un plan para introducir la salud en todas las políticas (PINSAP), y no solo en las que dependen del ámbito sanitario. Se ha evidenciado la importancia que tiene la planificación territorial, urbanística y la edificación y la construcción verso la salud de las personas. Más allá de criterios medioambientales, se tiene que tener en cuenta el bienestar y el confort de las personas. Desde hace unos años lo COAC té una línea estratégica de trabajo en salud, un posgrado específico, un grupo de trabajo sobre arquitectura y salud y se están desarrollando herramientas al alcance de los colegiados en el ámbito de la edificación que acerca cuáles son los contaminantes que podemos encontrar en los espacios interiores, así como dar consejos y estrategias para diseñar y escoger materiales que mejoren el bienestar en el interior de los espacios.
2. Dentro del COAC ya hay la Agrupación de Aqruitectura y Sostenibilidad (AVES) y el Grupo de Trabajo de Arquitectura y Salud. En que se trabaja?
Dentro del COAC hay varias estrategias asociativas para impulsar este ámbito. AVES nació como una agrupación para potenciar la sostenibilidad a la arquitectura, pero cada vez más habla de salud y confort, elementos que van más allá de la sostenibilidad. Por otro lado, Grupo de Trabajo de Arquitectura y Salud, está formado por varios perfiles de profesionales, no solo arquitectos, que se reúnen para evidenciar la necesidad de tener en cuenta la salud en la hora de construir y hablar de que quiere decir sostenibilidad y bioconstrucción. Para mí son adjetivos que no tendrían que existir porque tendríamos que estar hablando solo de arquitectura, porque la arquitectura muy hecha no tiene que olvidar estos aspectos. Como que parece que hay que recordarlo, se tiene que hacer este refuerzo concreto. Estamos evidenciando que también las mejoras tienen una repercusión sobre la salud de las personas, no solo medioambiental. En los últimos años, se ha apostado por un tipo de construcción que no siempre priorizaba estas necesidades, empleando soluciones no siempre óptimas a nivel medio ambiental, de confort y salud.
3. Cuál es la importancia de la bioconstrucción desde el punto de vista de las personas?
Según la *EPA (Agencia Americana de Medio Ambiente),los espacios interiores están cinco veces más contaminados que los exteriores, y somos una sociedad que pasamos el 80% del tiempo en espacios cerrados y que en muchos casos están expuestos en contaminantes invisibles, que no vemos pero que existen. La calidad biótica de los espacios interiores tiene una gran repercusión sobre nuestra salud: la calidad del aire, la calidad acústica, los compuestos químicos que respiramos o comemos de todo el que nos rodea, la iluminación,… Y no podemos olvidar que no solo tiene que ver la materia y la parte biológica y estructural. En la hora de construir también hay que tener en cuenta las repercusiones sociales, sociológicas, psicológicas y económicas, por ejemplo, de la necesidad de tener disponibilidad económica para adquirir una vivienda digna.
De manera muy puntual, después del proceso de confinamiento es evidente. Pero sin pandemia ya era una necesidad latente en el sector de la construcción. Hay muchos técnicos (arquitectos, aparejadores, constructores, promotores, interioristas…) que ya tienen este interés pero desconocen que existe una realidad que trabaja de esta otra manera. Se tiene que concienciar y evidenciar, por un lado, por los que ya trabajan para hacer piña; y por la otra, por los que están interesados y pero tienen una visión sesgada, y que se piensan que es caro y desconocido, o hippie. La bioconstrucción es una herramienta para todo el mundo. En el siglo XXI la construcción y la arquitectura son elementos ajenos a la mayoría de la sociedad: la gente compra una casa o un piso, no la crea ni la construye, y por tanto, después tampoco sabe como cuidarla ni como estar bueno ni hacer un espacio más saludable. Tenemos que trabajar para revertir esta situación.